«Cuando le conocí, sabía que era el amor de mi vida y que no me equivocaba al estar con él». Éstas fueron, más o menos, las palabras que María me dijo cuando terminamos la preboda en el Parque del Capricho que hice con ella y con Carlos.
Y es muy bonito que alguien tenga las cosas tan claras cuando se promete, cuando empieza con otra persona y cuando, tres años después, sigue con ella contra viento y marea. Y si bien no es una historia de grandes luchas, de peleas contra familias en contra, de amigos que odian a tu pareja ni cosas así, no deja de ser una preciosa historia de amor con final feliz, una intensa boda en Segovia, que próximamente podréis ver.
Por que, en esta vida se puede estar seguro de pocas cosas, pero si tienes claro que quieres a tu pareja y que estáis hechos el uno para el otro, es algo que difícilmente nadie podrá cambiar, por mucho que se empeñen o que peleen.
Y estos chicos se quieren, se aman, se respetan y se aguantan (porque a veces hay que aguantar en las relaciones, como en todo en esta vida), y eso se nota en la forma que tienen de mirarse y de respirar el uno junto al otro, de acariciarse o de, simplemente sonreirse. Y eso, es el mejor tesoro que uno puede encontrar en esta vida.
Preciosas las fotos, se nota el sentimiento de amor que se respiraba en ese momento, un gran trabajo.