Celia, cuando quedamos para vernos y hablar un poco de su boda, y de las ideas que tenían para ella, me dijo que tendría que practicar la fotografía de animales, no sabía lo en serio que me lo decían.
Y es que lo que siente esta pareja por su perro es equivalente a lo que se siente por un hijo. Loki es un pastor alemán precioso y juguetón que no paró quieto en ningún momento y con el que compartimos un buen rato de sol, parque y algún que otro beso.
Por que costaron un poco los besos, pero al final llegaron, ¡y de que forma oigan!.
Pasamos una tarde de risas, besos, babas de perro y buenas fotos, una antesala a una de las mejores bodas que he tenido en este año 2013 sin duda alguna.